Pasan días, semanas e incluso meses y mi corazón siempre sigue acelerandose cuando escucha tu nombre.
Que no hay palabras inventadas todavía para decirte lo mucho que te quiero, que puede que aún no conozca a la perfección tus pensamientos, pero te aseguro que lo suficiente para decirte que me encantas que sé como hacerte reir en el momento oportuno, como también se decirte las cosas malas sin que te enfades.
Y que quizás también nos queden millones de momentos por vivir.
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