miércoles, 14 de diciembre de 2011

caídas

Siempre igual, soy incapaz de aprender, de asumir, de controlar, siempre acabo cayendo...
Soy tan torpe que no da tiempo a que cicatricen ciertas heridas, antes de que cicatrice una ya me he vuelto a caer y ha aparecido otra herida. Y caída tras caída, herida tras herida, se crea un herida enorme, sangrante, sucia, dolorosa...
Y llega un momento en que no hay nadie ni nada que la pueda curar. Que la pueda cerrar para que de una vez por todas cicatrice y esas heridas, sean sólo eso, cicatrices de caídas que recordar, para poder distinguir las piedras y no tropezar con la misma dos veces...
Pero la herida no cicatriza y las piedras son muy iguales entre ellas y yo ya no puedo más... prefiero pasarme la vida sentada, viendo como la gente se tropieza a mi alrededor, ayudando a la gente a levantarse, pero siempre sentada, sin riesgo a caer....

Pero solo es cuestión de intentarlo... quizás no hoy, ni mañana ni en dos años... pero si tengo la suficiente fuerza para seguir caminando a pesar de las caídas y los tropiezos, conseguiré llegar a la llanura, a la estabilidad, a la tranquilidad, donde los problemas se acabarán... Las heridas cicatrizarán y desde la llanura podré ver las piedras que me hicieron caer y las miraré sintiéndome orgullosa de mi, de haber hecho este camino tan difícil sorteando todos sus obstáculos... 

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